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Juan Bautista Aguirre y Carbo (Daule, actual Ecuador, 11 de abril de 1725 - Tívoli, actual Italia, 15 de junio de 1786) fue un notable escritor y poeta de la América colonial. Es considerado como uno de los precursores de la poesía hispanoamericana y ecuatoriana. Biografía

Fue hijo del capitán de milicias Carlos Aguirre Ponce de Solís y de Teresa Carbo Cerezo, ambos guayaquileños. Estudió en Quito, en donde residió treinta años, casi la mitad de su vida. En 1758 ingresó en la Compañía de Jesús. Enseñó en Quito en la Universidad de San Gregorio Magno hasta que los jesuitas fueron expulsados de Hispanoamérica en 1767. El 20 de agosto de ese año partió de Guayaquil con rumbo a Faenza, Italia, lugar de confinamiento para los jesuitas quiteños. Ya en Italia, fue superior del convento jesuita en Ravena y rector del colegio en Ferrara. Luego de extinguida la orden de los jesuitas por el Papa Clemente XIV en 1773, fijó su residencia en Roma bajo el pontificado de Pío VI. Fue amigo del obispo de Tívoli, monseñor Gregorio Bamaba Chiaramonti, futuro Pío VII. Obra poética, literaria y religiosa

Como escritor religioso cultivó la oratoria sagrada, y como poeta escribió gran número de versos que responden a una amplia temática que va desde los poemas religiosos y morales a los de tipo amoroso, a menudo mitológicos. Su poesía se encuentra muy anclada en la corriente gongorina. La mayor parte de su producción no fue descubierta hasta 1937, cuando se encontraron sus "Versos castellanos, obras juveniles, misceláneas", entre los cuales destaca la epístola en décimas "Breve diseño de las ciudades de Guayaquil y Quito". José Joaquín de Olmedo

José Joaquín de Olmedo y Maruri (20 de marzo de 1780 - 19 de febrero de 1847) fue un poeta, abogado y político ecuatoriano nacido en la ciudad de Guayaquil. Fue uno de los personajes con mayor trascendencia y participación en la historia ecuatoriana. Su figura se hizo notable en la era independentista, en la integración bolivariana y en los inicios republicanos de Ecuador. En la era colonial española, Olmedo se destacó como gran orador en las Cortes de Cádiz con el fin de lograr la abolición de las mitas. Estuvo prófugo un breve tiempo durante la restauración absolutista promulgada por el rey Fernando VII. Volvió a su ciudad natal e inició, con otros patriotas, la preparación para la emancipación guayaquileña, lo cual se desarrolló el 9 de octubre de 1820. Luego fue proclamado como primer (y único) Presidente de la Provincia Libre de Guayaquil, y prestó ayuda a Antonio José de Sucre para la emancipación de los restantes pueblos de la región. Protestó contra Simón Bolívar por anexar a Guayaquil, vía manu militari, a la Gran Colombia; y en la posteridad, luchó contra el régimen centralista de dicho país impulsando la desintegración grancolombiana. Olmedo apoyó inicialmente a Juan José Flores por la separación del territorio del Distrito del Sur de la Gran Colombia. Tras la creación de la República del Ecuador, Olmedo fue designado como primer vicepresidente, sin embargo, decidió renunciar debido a divergencia con el presidente Flores. Ocupó varios otros cargos menores, hasta el gobierno de Vicente Rocafuerte, donde fue el presidente de la Convención Nacional que redactó la segunda constitución ecuatoriana. Tras la nueva ascención al poder por parte de Flores, criticó duramente al régimen militarista. Impulsó la Revolución marcista, derrocando con ello a Flores e instaurando un triunvirato, del cual también formó parte. Durante su vida, dedicó parte de su tiempo a la creación de novelas, cantos, odas, poemas, entre otros tipos de obras literarias. Entre sus más conocidas obras está Canto a Bolívar, Al General Flores, vencedor en Miñarica, y Alfabeto para un niño. Diseñó la bandera y el escudo de Guayaquil, además de componer la letra para su posterior himno. Biografía

Hijo legítimo del Capitán Miguel Olmedo y Troyano, natural de la Villa de Armijos, Obispado de Málaga, España, quien viajó primeramente a Panamá donde residió cuatro años, ocupó en Guayaquil el cargo de Tesorero y Comisario de Guerra para la expedición al Marañón y se quedó de Oficial del Fortín de San Carlos dedicado al comercio, dueño de las fragatas "San Isidro" y "San Fermín", y de la guayaquileña Ana Francisca de Maruri y Salavarría, de la antigua nobleza vasca asentada en la cuenca del Guayas. Después de nueve años de edad en Guayaquil, su padre lo llevó a Quito a cursar estudios en el Convictorio de San Fernando regentado por los dominicanos, donde aprendió Latinidad y Gramática Castellana, y además tuvo el honor de tener entre sus maestros al Dr. Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz y Espejo. En 1792 estaba de regreso en Guayaquil. En 1794 fue enviado a Lima, encomendado a su pariente el Dr. José de Silva y Olave, quien lo matriculó en el Colegio de San Carlos. En 1799 fue alumno de la Universidad de San Marcos y figuró en un acto público de filosofía y matemáticas. En 1800 obtuvo por oposición en San Carlos la cátedra de Filosofía. En 1802 escribió "Epitalamio" con ocasión de las bodas de una pareja amiga. En 1803 escribió el poema "Mi retrato" y se lo envió a su única hermana Magdalena que residía en Guayaquil, pidiéndole que al pie pusiera como letrero: "Amó cuanto era amable, amó cuanto era bello". El 15 de junio de 1805 obtuvo el doctorado en Jurisprudencia y pasó a dictar Derecho Civil en el Colegio de San Carlos. El 6 de noviembre del mismo año se recibió en práctica y al año siguiente alcanzó el doctorado en ambos derechos Civil y Canónigo, escribiendo sus poemas "Matemáticas" y "Loa al Virrey". Para 1807 publicó "En la muerte de doña María Antonia de Borbón, princesa de Asturias". Después de 4 años de práctica se graduó de abogado en 1808, se incorporó al Colegio de Lima y dictó la cátedra de Digesto en San Marcos. Entonces se inspiró y compuso el prólogo a la tragedia "El Duque de Viseo de Quintana" y su famosísima silva titulada "El Árbol", que terminó en 1809 y contiene dos partes, una filosófica y bellísima y otra menos hermosa con la que cierra el poema, pareciendo como si hubiera unido dos versos distintos. Casi enseguida fue llamado a Guayaquil porque su padre estaba grave y arribó el 20 de agosto, para recibir de su padre el encargo de ser el albacea de sus ya menguados bienes y velar por el sustento de la madre (casi ciega) y todavía en el hogar. En 1809 se incorporó de abogado de la Audiencia de Quito. En marzo de 1810 le nació una hija natural en Ramona Ledós, acompañó al Dr. José de Silva y Olave en su viaje a la Península Ibérica, en Septiembre recibió en México el nombramiento de Diputado por Guayaquil a las Cortes de Cádiz. En enero de 1811 aún estaba en México y leyó su poema "Improntu". Semanas después viajó a España y se incorporó a las Cortes. El 12 de agosto de 1812 pronunció su célebre discurso sobre la abolición de las mitas; no era un gran orador, pero causó buen efecto. El diputado Castillo inició la discusión y las Cortes aprobaron la abolición de las mitas. Ese discurso se ha publicado varias veces desde que Vicente Rocafuerte lo dio a la Imprenta en Londres. Entonces consiguió que su protector y pariente José de Silva y Olave fuere designado Obispo de la Diócesis de Huamanga. Secretario de las Cortes de Cádiz y después miembro y secretario de la Diputación Permanente hasta el 11 de mayo de 1814, fecha en que las Cortes fueron disueltas por Fernando VII y los diputados perseguidos y apresados, Olmedo se escondió en Madrid y regresó en 1816, encontrando que su madre había muerto. A principios de 1817 viajó a Lima y escribió "A un amigo, don Gaspar Rico..", a su vuelta, el 24 de marzo contrajo nupcias con su deuda Rosa de Ycaza y Silva, sobrina del Obispo, su protector. En 1819 defendió en juicio a Vicente Ramón Roca acusado de conspirador por haberse carteado con el cura insurgente de Acapulco, que de patriota se había vuelto realista. Producida la Revolución en Guayaquil el 9 de octubre de 1820, Olmedo fue electo Jefe Político de la Provincia, pero en vista de los abusos que cometía el Jefe Militar José Gregorio Escobedo, pidió una Junta Provisional de Gobierno que quedó conformada con el Dr. José Vicente de Espantoso y Avellán y con el coronel Rafael María de la Cruz Jimena y Larrabeitia. En Noviembre presidió el triunvirato formado por Francisco María Roca y Rafael Jimena y obtuvo que la Junta Electoral de la Provincia apruebe el "Reglamento Provisorio de Gobierno" que había redactado con José de Antepara y Arenaza. En 1821 escribió su hermosa "Canción al 9 de octubre" considerada el primer Himno que ha tenido el territorio ecuatoriano. Entonces llamó al ejército colombiano para que colabore en la campaña libertadora. Olmedo era partidario de la independencia de Guayaquil frente a los gobiernos de Perú y Colombia, pero comprendía que Guayaquil no podía alcanzar la libertad de la Audiencia de Quito sin ayuda de otros ejércitos. Se crea así la División Protectora de Quito y deja los ejércitos en manos de Antonio José de Sucre. El 11 de julio de 1822, después de la Batalla de Pichincha, arribó Simón Bolívar a Guayaquil y anexó la república guayaquileña a la Gran Colombia luego de la Entrevista de Guayaquil que mantuvo con José de San Martín. Olmedo protestó por este abuso de fuerza y el 29 de julio emigró al Perú con más de docientos vecinos de la primera distinción. El 22 de septiembre fue electo Diputado por el Departamento de Puno y formó parte de la Comisión designada por el Congreso peruano para redactar la primera Constitución que tuvo ese país. En 1823 editó en Lima su traducción del inglés del "Ensayo sobre el hombre" de M. Pope, en 45 páginas. y a nombre del Congreso cursó una invitación a Simón Bolívar para que se traslade al Perú a luchar por la independencia. Desde ese entonces volvió a amistar con el libertador y cuando se enteró en 1824 de la victoria de Junín, inició el "Canto a Bolívar", poema épico que le dio fama continental al salir publicado en Guayaquil en 1825 y en Londres en 1826. En 1825 compuso una "Marcha", el poema "La Libertad" y recibió el nombramiento de Ministro Plenipotenciario de la Gran Colombia en Inglaterra. En Octubre estaba en Londres. En 1826 se dio tiempo para publicar en París y en Londres su célebre "Canto a Bolívar" En noviembre del mismo año fue electo Miembro fundador de la Academia Nacional de Colombia y para 1827 viajó a Guayaquil. En 1828 falleció su hija Rosa, llamada "Mi rosita de Ayacucho". Entre 1828 y 1829, y por dos ocasiones fue designado Ministro de Relaciones Exteriores de la Gran Colombia pero se excusó en ambas. En 1830 fue Prefecto de Guayaquil y el 19 de mayo suscribió el Acta de Anexión del Departamento de Guayaquil a la República del Ecuador. En agosto concurrió a Riobamba de Diputado a la primera Convención Nacional, fue nombrado Miembro de la Comisión compuesta para redactar la primera Constitución y el 12 de septiembre obtuvo catorce votos y salió electo Vicepresidente de la República. En febrero asumió interinamente la presidencia por ausencia del titular. Poco después renunció por tener que ausentarse a Guayaquil, y en noviembre nuevamente fue Prefecto del Departamento de Guayaquil como tal autorizó la toma de posesión de las islas de archipiélago de las Galápagos y viajó a Bogotá en calidad de Comisionado de Límites para solucionar un diferendo con la Nueva Granada por la anexión de Pasto hasta 1833 donde prosiguió estas negociaciones en Quito. En 1833 fue designado por Vicente Rocafuerte para discutir la paz con los delegados del Jefe Supremo, Dr. José Félix Valdivieso. En 1835 escribió su poema "Al General Flores, vencedor en Miñarica", fue electo Diputado por Guayaquil y luego Presidente de la Convención Nacional reunida en Ambato que eligió a Vicente Rocafuerte como nuevo presidente. En 1836 fue comisionado para la mediación entre Chile y Perú. En 1837 escribió la "Canción del 10 de agosto", que como bien lo ha demostrado el Padre Espinosa Pólit, sirvió de antecedente al actual Himno Nacional, e intervino en la elaboración de las bases del Tratado con España que firmó Pedro Gual. En l838 fue Alcalde Primero Municipal de Guayaquil, después Gobernador interino de la Provincia y comisionado por el Presidente para liquidar el capital e intereses del crédito público de Miguel de Anzoátegui Cossio, que nunca se llegó a pagar. En 1839 fue Subdirector de Estudios, prologó la "Historia del Reino de Quito" del padre Juan de Velasco y redactó un proyecto de "Reglamento de Policía". En 1840 escribió "En la muerte de mi hermana". En 1843 editó "Ocios poéticos del General Flores y una oda en su obsequio" en 52 págs. El 6 de marzo de 1845 estalló la Revolución Marcista antifloreana en Guayaquil y Olmedo fue designado Presidente del triunvirato con Vicente Ramón Roca y Diego Noboa. En noviembre renunció dichas funciones y Vicente Rocafuerte lo candidatizó la presidencia de la República, perdiendo frente a Roca, que ascendió al poder tras alcanzar las dos terceras partes de la votación. En 1846 fue comisionado con el General Antonio Elizalde para traer los restos de Lámar a Guayaquil, escribió un soneto "Al General Lamar", y viajó a Lima, donde no encontró mejoría a su antigua dolencia del estómago. Nuevamente en Guayaquil ejerció la Subdirección de Estudios del Guayas y prematuramente avejentado a causa de continuos dolores al estómago y estitiquez ocasionados por un cáncer lento falleció el 19 de febrero de 1847, a la 0l:15 de la mañana, de 66 años y 11 meses de edad. Antes de morir había dicho: "He cumplido, no sin gloria, mi destino". De allí en adelante sus cantos comenzaron a republicarse con gran éxito. En 1848 salió en Valparaíso un volumen de "Obras Poéticas", única colección revisada y corregida por Olmedo, meses antes de su muerte. La segunda edición data de 1853, París, 214 págs. Hay otras posteriores. Olmedo era de estatura mediana, rostro ovalado, ni blanco ni trigueño, labios gruesos, ojos y cabellos negros, sus funerales se celebraron en todas las ciudades del Ecuador y sus restos se enterraron en la Iglesia de San Francisco y se quemaron durante el Incendio Grande del 5 al 6 de octubre de 1896. En su tumba está la siguiente inscripción: "A Dios glorificador, aquí yace el Dr. José Joaquín de Olmedo. Fue Padre de la Patria, Ídolo del Pueblo. Poseyó todos los talentos, Practicó todas las virtudes"

José Joaquín de Olmedo publicó muchos poemas, historias y odas, pero de entre las más importantes y destacadas se pueden encontrar: 1. La Batalla de Junin 2. Canto a Bolívar 3. Alfabeto para un niño 4. Al General Flores, vencedor en Miñarica 5. Al General Lamar 6. Epitalamio Dolores Veintimilla

Dolores Veintimilla (Quito, 1829 - Cuenca, 23 de mayo de 1857) fue una poetisa ecuatoriana. En su corta vida fue creadora de inspirados poemas y trabajos literarios, el poema que más se conoce es Quejas. El fracaso en su matrimonio y su pensamiento adelantado a la época, marcarían la personalidad y los trabajos posteriores de Dolores. Obras

Dolores Veintimilla dejó pocas obras, las cuales fueron publicadas en conjunto por Celiano Monge en Quito después de la muerte de la poetisa. Entre la prosa sobresalen “Fantasía” y “Recuerdos”. Son obras en las que dialoga con el pasado y en las que culpa al tiempo por haber dado una temprana muerte a sus ilusiones. En el verso es donde mejor logra plasmar su dolor. Con “Aspiración”, “Desencanto”, “Anhelo”, “Sufrimiento”, “La noche y mi dolor”, “Quejas”, “A mis enemigos”, “A un Reloj” y “A mi madre”. Cómo características de estilo se puede contar que prefirió el verso rimado y musical, y que casi no se valió de metáforas u otras imágenes literarias para plasmar su dolor en sus escritos. Juan Montalvo

Juan María Montalvo Fiallos (Ambato, Ecuador, 13 de abril de 1832 – París, 17 de enero de 1889) fue un ensayista y novelista ecuatoriano. Vivió apasionadamente la política de partidos de su país, y su pensamiento liberal estaba fuertemente marcado por el anticlericalismo y la oposición a los dictadores Gabriel García Moreno e Ignacio de Veintemilla. Luego de la publicación de la revista El Cosmopolita, por medio de la cual criticaba a la dictadura de García Moreno, Montalvo viajó a Colombia, donde escribió gran parte del resto de su obra. Uno de sus libros más conocidos es Las Catilinarias, publicado en 1880. Entre sus ensayos destacan Siete Tratados (1882) y Geometría Moral (póstumo, 1902). También escribió una secuela de Don Quijote de la Mancha, llamada Capítulos que se le olvidaron a Cervantes. Murió a causa de una pleuresía en París. Su cuerpo fue embalsamado y se expone en un mausoleo construido en su ciudad natal, en Ecuador. Biografía

Infancia y formación Su padre, don Marcos Montalvo, hijo de un inmigrante andaluz, se dedicaba a los negocios ambulantes. En Quinchicoto, cerca de Ambato, conoció a doña Isabel Villacreses de Fiallos, con quien se casó el 20 de enero de 1811.1 La pareja tras un tiempo se domicilió en Ambato, ciudad en la que don Marcos llegó a destacarse.2 Fallecidos ya algunos hermanos en la edad de la infancia, Juan se convirtió en el menor de los varones, y sus padres le procuraron mimos y cuidados. Tuvo siete hermanos: Francisco, Francisco Javier, Mariano, Alegría, Rosa, Juana e Isabel. Su niñez transcurrió no sólo en su casa, sino también en la cercana quinta de Ficoa. En 1836 sufrió de viruelas y quedó con el rostro marcado. A los siete años fue a la escuela, una humilde casa de aldea, de una sola planta, pobremente administrada y sostenida.3 En 1843, cuando tenía once años, su hermano fue arrestado, encarcelado y desterrado por enfrentarse políticamente a la dictadura de Juan José Flores. Según el escritor Galo René Pérez, el destierro de su hermano le "dejó una lesión moral de la que no se recuperó jamás", llevándolo a odiar a las dictaduras. En 1845, su hermano regresó de su destierro en Perú, y lo llevó consigo a Quito a continuar sus estudios. Sus dos hermanos mayores, Francisco y Francisco Javier, le orientaban e influenciaban en su gusto por las letras, aparte de haberle creado, cada uno con su prestigio, un ambiente favorable en el mundo de sus estudios.5 Entre 1846 y 1848 empezó a estudiar gramática latina en el colegio San Fernando. Posteriormente estudió filosofía en el seminario San Luis, donde recibió el grado de maestro,6 y después ingresó a la Universidad de Quito para estudiar Derecho, no porque quisiera ser abogado, sino porque entre las profesiones de entonces (medicina, leyes y teología) ésta le era la menos desagradable. En Quito se hizo amigo del poeta y político liberal Julio Zaldumbide, con quien se reunía de continuo. En su casa a veces asistían practicantes de letras, destinados a convertirse en conocidos escritores: Agustín Yerovi, José Modesto Espinosa y Miguel Riofrío. Juntos comentaban a los grandes autores románticos europeos. En 1853 el presidente Urbina decretó la libertad de estudios en colegios y universidades. Por las nuevas regulaciones, Montalvo se vio privado de su cargo de secretario en el colegio San Fernando y además fue impulsado a abandonar su carrera de Derecho tras haber aprobado solamente el segundo curso. Así, decidió volver a Ambato. En el ambiente melancólico de su casa (sus padres y su hermano mayor para entonces habían fallecido)8 se concentró en el enriquecimiento de su formación de autodidacta, acostumbrado a tomar notas de sus lecturas en cuadernos que se conservan.9 Estudiaba gramática española y tratados de carácter idiomático. Profesando un respeto consciente a Capmany y Clemencín, estaba convencido de que era necesario fundar las originalidades estilísticas en la posesión de una forma correcta autorizada por los clásicos y los estudiosos más notables de la lengua. Primer viaje a Europa El 17 de febrero de 1857, durante el gobierno de Francisco Robles, Montalvo fue nombrado adjunto civil a la legación ecuatoriana en Roma, mientras que Francisco Javier Salazar fue nombrado secretario de la misma. En buena medida este nombramiento se dio gracias a las diligencias de su influyente hermano, el doctor Francisco Javier Montalvo.11 A mediados de julio llegó a Francia. Aunque el asiento de sus funciones de adjunto civil era Roma, Montalvo se quedó seis meses en París, por causas ajenas a su voluntad. Ahí conoció a don Pedro Moncayo, diplomático ecuatoriano, quien le brindó facilidades para su estímulo intelectual, y a celebridades francesas tales como Lamartine y Proudhon.12 Desde enero hasta agosto de 1858, mantuvo correspondencia con su hermano Francisco Javier destinada a su publicación en el semanario quiteño La democracia, que este último dirigía. Estos escritos, que conformaron una porción muy importante de su futura revista El Cosmopolita, no fueron bien recibidos en el Ecuador.12 Durante esta etapa en París, Montalvo se volvió melancólico, pues extrañaba su provincia. En Los proscritos, ensayo aparecido en El Cosmopolita, escribió: La nostalgia consiste en un amor indecible por la patria y un profundo disgusto del país en que se está..., es un deseo de llorar a gritos al mismo tiempo que eso es imposible.13 También se acentuó su misantropía, inclinación que tuvo desde sus años de infancia, por hallarse en un medio extraño e indiferente.14 Su permanencia en París duró tres años, durante los cuales se dedicó a sus estudios, los contactos con personalidades, los paseos urbanos de observación provechosa, la elaboración de páginas literarias, varias aventuras amorosas y breves tareas de oficina.15 Asimismo, durante este tiempo se le manifestó un agudo reumatismo, cuyos efectos le acompañaron durante el resto de su vida. Dejó Francia y en enero de 1858 ya se hallaba en Italia. Visitó Roma, disfrutó mucho su visita a Florencia, e igualmente memorables le resultaron sus impresiones de Nápoles, Sorrento, Pompeya y Venecia. De Italia viajó a España, y especialmente le agradó Andalucía; visitó Granada y Córdoba, disfrutando de la arquitectura musulmana de la Alhambra y el Generalife16 De Granada regresó a París, atravesando La Mancha, donde constató la miseria en que se hallaba la región en ese entonces. Retorno al Ecuador y exilio Tuvo que regresar al Ecuador no sólo por la inestabilidad de los gobiernos y la agitación política, sino también por la artritis que lo aquejaba. Cuando llegó, en 1859, el país era gobernado por García Moreno. Lo primero que hizo fue escribirle al dictador una larga carta, un tanto discursiva, pero cargada de admoniciones y amenazas, que según parece, no lo irritó del todo.17 A finales de 1861 colaboró en la revista literaria El Iris de Quito. En 1865 comenzaron sus amores con María Adelaida Guzmán, con quien contrajo finalmente matrimonio en Ambato el 17 de octubre de 1868 y tuvo dos hijos.18 El 3 de enero de 1866, después del primer período dictatorial de García Moreno, publicó El Cosmopolita, revista de carácter político-literario editada en Quito en 40 páginas, cuyas siguientes entregas siguieron apareciendo hasta enero de 1869, y sostuvo una acalorada polémica con José Modesto Espinosa, que le salió al paso. En 1867 editó El Precursor del Cosmopolita y al año siguiente comenzó a cartearse con Eloy Alfaro y polemizó con Juan León Mera, publicando en su contra dos folletos: El Masonismo Negro y Bailar Sobre las Ruinas.18 En 1869 se produjo la revolución de García Moreno, y el mismo año Montalvo, temiendo por su vida, tuvo que expatriarse. Acudió a la embajada de Colombia, y ni bien recibió su pasaporte para abandonar el país, partió la mañana del 17 de enero de 1869 rumbo a Ipiales junto a otros dos exiliados: Mariano Mestanza y Manuel Semblantes. La familia Arellano del Hierro, de Tulcán, recomendó a Montalvo ante el doctor Ramón Rosero, de Ipiales, para que le acogiera en su hogar;19 por su parte, Mestanza y Semblantes continuaron su viaje hacia la costa, para navegar a Panamá y desde allí hacia Europa. Durante su estadía en Ipiales, Montalvo recibió la primera carta de Eloy Alfaro desde Panamá, invitándolo a acompañarlo. Pronto fraternizaron y Alfaro le instaló cómodamente; le compró pasaje para Francia, le dio una suma de dinero para las primeras semanas de permanencia en aquel país y le prometió extenderle las ayudas que en lo posterior llegara a solicitarle. Llegado a la capital francesa, su interés inmediato fue establecer conexiones con las personas que quizás se hallaban en disposición de ayudarle, pues desde su destierro cayó en una situación de apremio; había salido del Ecuador con pocas pertenencias y le era imposible obtener ingresos seguros y periódicos.20 Regresó a Panamá, rumbo a Ipiales. Y aunque ahí le faltó dinero para continuar su viaje, Alfaro nuevamente acudió en su ayuda. Montalvo lo relata de la siguiente manera: Eloy Alfaro. Entre los nombres que han de bendecir por cuenta mía, está el de Eloy Alfaro, joven apenas conocido para mí, amigo nunca. Tan luego como supo el trance en que me hallaba, se me vino por sus pasos, y me tranquilizó con la más exquisita delicadeza. Y no contento con traerme un billete de pasaje de primera clase, me ofreció una letra para Barbacoas de la suma que yo quisiese, la cual rehusé, porque en esa ciudad me esperaba otro amigo, otro hermano. Una vez en Ipiales decidió continuar hacia Perú, donde se encontró con José María Urbina, desterrado por García Moreno. Ahí buscó fomentar la oposición contra el gobierno de su país, y quizá una revolución.22 Pero no tuvo éxito, y frustrado, regresó a Ipiales. Durante su destierro redactó varios libros, tales como El bárbaro de América en los pueblos civilizados de Europa, El libro de las pasiones, Diario de un loco, De las virtudes y los vicios y Capítulos que se le olvidaron a Cervantes. En 1872 falleció su hijo Carlos Alfonso, de cinco años y ocho meses; se le comunicó la noticia desde Ambato. En octubre de 1874, mediante diligencia personal de Alfaro, fue publicado su libelo La dictadura perpetua, pero no comenzó a circular en Ecuador antes de mayo de 1875. De todos modos, La dictadura perpetua inspiró a un grupo de liberales a asesinar a García Moreno, el 6 de agosto. Paradójicamente, el autor del homicidio fue un hombre ajeno a los conjurados, el colombiano Faustino Lemos Rayo, quien quería cobrarse una venganza de celos conyugales, esto no esta probado y ademas no fue el unico asesino. Al enterarse de la noticia, Montalvo afirmó: "no ha sido el machete de Rayo, sino mi pluma quien le ha matado".24 Poco después publicó el ensayo El último de los tiranos. En mayo de 1876 de manera voluntaria y con el socorro económico de sus amigos liberales, Montalvo regresó al Ecuador. En Quito publicó el folleto Del Ministro de Estado por medio del cual atacó y ocasionó la renuncia de Manuel Gómez de la Torre, Ministro de Gobierno del presidente Antonio Borrero. El 22 de junio apareció el primer número de la revista El Regenerador, cuyo último número se publicó el 26 de agosto de 1878. El 9 de julio organizó la que se denominó "Sociedad Republicana" y en su discurso inaugural exaltó la importancia de la Internacional y propuso algunos de sus principios. Dijo: El objetivo (de la Internacional) es honesto, es moderado; los medios de que se vale son lícitos; sus anhelos plausibles. La organización del trabajo, la correspondencia de honorarios y salarios con oficios y obras; la libertad revestida del derecho, sofrenada por el deber y otros fines semejantes, son los de esa asociación que está rebosando en Europa...La Internacional reconoce el principio de propiedad no quiere sino que las clases laboriosas no malogren su trabajo y la industria tenga sus leyes a las cuales se sometan la ociosidad y el lujo. Esta sociedad no es perseguida por la fuerza pública; los enemigos del pueblo están gritando contra ellas, cierto: Pero ¿qué autoridad tienen para la democracia las alharacas de Napoleón III y de Bismarck?25 Dejó transitoriamente la ciudad para descansar en una propiedad de sus hermanos, cercana a Baños. Pero pronto fue llamado por Eloy Alfaro, quien había llegado a Guayaquil a preparar un pronunciamiento contra el gobierno de Borrero. Así, el 6 de septiembre del mismo año Montalvo llegó a Guayaquil y fue recibido por una entusiasta multitud. Fue incapaz de hablar en público, y más bien prometió un agradecimiento a su modo, mediante la palabra impresa, que en efecto circuló entre los guayaquileños al día siguiente.26 Y aunque Montalvo ese día había conseguido verse lisonjeado públicamente, su alegría no duró mucho, pues Ignacio de Veintemilla se proclamó dictador el 8 de septiembre. Sus amigos le prevenían del riesgo que corría bajo el nuevo gobierno, pero Montalvo no podía exiliarse, pues no contaba con suficientes recursos económicos. En los comicios de 1877 fue electo diputado por la provincia de Esmeraldas, pero no asistió nunca a las Cámaras.27 Tras un tiempo, finalmente partió hacia Ipiales, donde vivió preocupado y pendiente de su seguridad.28 En poco más de un mes viajó a Panamá, con la intención de publicar Las Catilinarias. Cuando después de 3 meses regresó a Ipiales, de inmediato se empeñó en acciones concretas de agitación popular y de levantamiento armado contra la dictadura de Veintemilla.29 Dejó de nuevo Ipiales, y el 30 de julio de 1881 estaba ya en Barbacoas, Nariño; ahí se detuvo más de doce días, antes de encaminarse a Tumaco y de ahí a Panamá, donde permanecería por un tiempo indefinido.30 Para este entonces, la relación que tenía con su esposa se quebrantó por completo por el estilo de vida que Montalvo llevaba y por su desentendimiento en las obligaciones familiares.31 Eloy Alfaro le había anunciado únicamente que su viaje a Europa no admitía ya dudas; junto con José Miguel Macay, su próspero socio financiero, se comprometió a ayudarle económicamente y a vigilar la edición de sus folletos. Finalmente Montalvo viajó a París con el deseo de editar su obra Siete Tratados. Segundo viaje a Europa Estaba orgulloso de sus Siete Tratados y deseaba publicarlos de la forma más lujosa posible. Pero no logró reunir el dinero que demandaba el proyecto, hasta que consiguió el auspicio del empresario José Joaquin de la ciudad de Besançon. Cuando fueron publicados sus Siete Tratados, Montalvo fue reconocido y elogiado por varios críticos europeos, aunque sólo en el ámbito de la cultura hispana (mantenida por emigrantes españoles e hispanoamericanos por medio de publicaciones) o hispanistas de París.32 En consecuencia, Montalvo se apresuró a promocionar sus tratados en España. A finales de mayo, habían recibido los dos volúmenes de los Siete Tratados el director del diario El Globo y Emilio Castelar. El 23 de octubre de 1882 su esposa María Adelaida falleció, y el mismo año Montalvo inició una relación sentimental con la francesa Augustine-Catherine Contoux, que mantuvo hasta sus últimos días.33 Con ella tendría un hijo en 1886, fruto de su concubinato.34 Ansioso por conquistar la fama en España, Montalvo armó inmediatamente un viaje a Madrid, y llegó a la ciudad el 2 de junio de 1883. Se instaló en el mejor hotel de aquellos años: el Hotel París, ubicado en la Puerta del Sol. Muchos hombres de letras fueron a visitarle o le invitaron a encontrarse con ellos: Gaspar Núñez de Arce, Jesús Pando y Valle, Marcelino Menéndez Pelayo y Manuel del Palacio, además de Juan Valera, Emilia Pardo Bazán, Leopoldo García Ramón y Carlos Gutiérrez, a más de dos figuras italianas: Cesare Cantù y Edmundo de Amicis. El mismo año el presidente José Plácido Caamaño le ofreció una diputación, que rechazó.35

Monumento a Juan Montalvo en Ambato, Ecuador. Sin embargo, los Siete Tratados no fueron bien recibidos por todos; la Iglesia en el Ecuador, a través del arzobispo de Quito monseñor José Ignacio Ordóñez, mostró su descontento con la obra. El 19 de febrero de 1884 el arzobispo reprobó y condenó los Siete Tratados por medio de una carta pastoral. Pronto Montalvo respondió al clérigo por medio de su libro Mercurial eclesiástica, escrito con pasmosa fuerza de improvisación y lleno de ataques violentos contra Ordóñez y la Iglesia. Por ese motivo, el arzobispo Ordóñez viajó a Roma con la intención de conseguir del Papa la prohibición de su lectura, y en poco tiempo León XIII incluyó a los Siete Tratados en el Índice de libros prohibidos.36 Más tarde, en 1886, Montalvo empezó la publicación de El Espectador, libro compuesto de tres volúmenes, cada uno de los cuales contenía diecisiete, diecinueve y nueve ensayos cada uno. De vuelta en Francia, sus planes de retorno al Ecuador fueron fracasando, y tuvo que permanecer en París. En 1888 el presidente Antonio Flores Jijón le ofreció la posición de cónsul en Burdeos y Montalvo no aceptó su propuesta.35 En París, posiblemente entre el 8 y el 10 de marzo de 1888, su salud se deterioró de manera brusca debido al mal clima: un fuerte aguacero lo sorprendió mientras regresaba de la casa editorial donde había corregido ciertos detalles del tercer volumen de El Espectador, y contrajo neumonía. Últimos días En los días siguientes los síntomas de su enfermedad fueron empeorando y Montalvo cayó prácticamente en la indigencia. Durante ese largo tiempo de padecimientos frecuentemente le visitaron Agustín L. Yerovi y Clemente Ballén. Los médicos que habían atendido a Montalvo los primeros días de su enfermedad no se dieron cuenta que la neumonía inicial que lo aquejaba se había convertido en un derrame pleural, como determinó el médico León Labbeé, quien lo sometió a un tratamiento que, aunque lo mejoró durante un tiempo, no pudo detener sus cada vez más intensos padecimientos. Cuando Labbeé se dio cuenta, tras un nuevo examen del líquido pleural, de que se había presentado un peligroso foco de supuración, indicó la conveniencia de practicar una operación inmediata, harto difícil, a la que Montalvo aceptó someterse.37 Cuando llegó el día de la operación, en el momento de decir si concedía su permiso para la anestesia, para sorpresa de todos contestó diciendo: "En ninguna ocasión de mi vida he perdido la conciencia de mis actos. No tema, doctor, que me mueva. Operará usted como si su cuchilla no produjera dolor".37 Los detalles testimoniales del doctor Agustín Yerovi, sobre este hecho, son los que siguen: La operación que sufrió Montalvo, horroriza. Consistió en levantar dos costillas de la región dorsal, después de cortar en una extensión de un decímetro, las partes blandas de esa región; dar la mayor dilatación a la herida, mediante pinzas que recogen carnes sangrientas, y luego colocar algo como una bomba, que tiene el doble objeto de aspirar los productos del foco purulento, e inyectar líquidos antisépticos; es decir: algo como fuego. -Todo esto duró cosa de una hora; mientras tanto, el enfermo no había exhalado una queja, ni contraído un músculo. La actitud serena y hasta majestuosa, interesó a los médicos, practicantes y espectadores. Uno de ellos exclamó: ese hombre es un carácter.38

Busto de Juan Montalvo en Quito. Montalvo también fue sometido a una operación de apostemas en la garganta. Al terminar el largo proceso operatorio, el cirujano advirtió que había evidencia de que el foco infeccioso había invadido otros puntos del organismo, y que no había otra opción que dejar abierta la herida para ir drenando periódicamente el líquido purulento. Esa herida quedó abierta hasta su muerte.39 Montalvo comprendió que su fin se aproximaba y pidió ser conducido a su casa de la rué Cardinet No. 26 donde dijo: "Solo siento que toda mi vida se concentra en mi cerebro. Podría componer hoy una elegía como no la he hecho en mi juventud"18 Leopoldo García Ramón, quien confesó que iba a acompañarle semanalmente mientras estuvo postrado, relató lo siguiente: Cuando a mi regreso de España, en septiembre del año pasado (1888), fui a visitarle, se me oprimió dolorosamente el corazón al comprobar los progresos de la terrible neumonía purulenta que le consumía. Le consideré perdido. Llevaba en el costado una herida que a propósito mantenían abierta los médicos; habían practicado en su garganta una operación difícil y dolorosa; muy a pesar de todo, ¡qué limpieza la de su ropa interior! ¡Con qué afán arreglaba los puños de la camisa de dormir para ocultar sus pobres muñecas! ¡Cuánto agradeció a mi mujer que consintiese verle así, sin afeitar, despeinado, hecho una ruina! Luchaba con rabia contra la enfermedad: no quería morir.40 La condición de Montalvo cada vez era peor, y el 15 de enero de 1889 hizo aproximar al doctor Agustín L. Yerovi para manifestarle sus últimos deseos (entre ellos el ser enterrado en París);41 el 16 de enero comenzó a agonizar, el 17 de enero pidió a su ama de llaves que lo vistiera con su traje negro y con frac y le pidió que tratara de comprar un puñado de claveles para su féretro. Fueron sus últimas palabras.42 La colonia ecuatoriana costeó sus funerales que fueron solemnes y en la iglesia de San Francisco de Sales. Durante el régimen liberal se repatriaron sus restos embalsamados a Guayaquil, y el 12 de julio de 1889 fueron enterrados en el cementerio de la ciudad, donde permaneció hasta el 10 de abril de 1932. Al día siguiente de su exhumación se trasladaron a Ambato, a donde llegaron el 12, para reposar desde entonces en su mausoleo. En 1895 se publicó de manera póstuma en Francia Capítulos que se le olvidaron a Cervantes; y en 1902, Geometría Moral. Obra Antigüedad clásica Montalvo leyó todo cuanto entonces se podía leer acerca de Historia, Filosofía y Literaturas Elénicas,43 y citó en sus obras de manera directa o glosada a bastantes griegos de la antigüedad.44 Del mismo modo, aunque en menor grado, sentía admiración por la antigua Roma. El teatro romano de Terencio, Plauto y Séneca sirvió, si no de inspiración, de modelo, a los cinco dramas que escribió y que fueron recopilados en su Libro de las pasiones: La Leprosa, Jara, El descomulgado, Granja y El dictador. En definitiva, lo grecolatino llegó al escalón más alto de su saber, siendo el cimiento sólido de su formación y el arma que esgrimió en sus enconadas polémicas.45 Admiraba de Grecia a Sócrates, y de Roma a Julio César, como ejemplo del soldado, y a Cicerón, por su oratoria. Literatura española Conocía buena parte de la literatura española, desde los romances hasta el romanticismo. En más de una ocasión hizo críticas a varias obras literarias españolas y dedicó su ensayo El buscapié a exaltarlas. Sentía especial admiración y respeto por Cervantes y consideraba a su Don Quijote de la Mancha como lo más acabado en el mundo de las letras, al mismo tiempo que despreciaba la continuación escrita por Avellaneda. Por otro lado, Montalvo consideraba a las letras españolas contemporáneas a él (segunda mitad del siglo XIX) como vagas e improductivas, impugando especialmente las malas traducciones de textos, aunque supo apreciar a los intelectuales españoles de la época.46 Literatura francesa Las letras francesas, antes y después de las guerras de la Independencia, tuvieron decisiva influencia sobre los escritores hispanoamericanos. El romanticismo tanto español como hispanoamericano tuvo sus simientes en Francia, y en América brotó primero y duró más. Montalvo fue un ideólogo romántico del liberalismo;47 sus modelos fueron Chateaubriand, Rousseau y Victor Hugo,48 mientras que por Lamartine sentía un profundo aprecio. Asimismo admiraba a Montaigne y Montesquieu, quienes junto a Rousseau inspiraron su pensamiento político. De Montaigne tomó no sólo la exaltación del hombre en su estado natural, sino varios temas y la técnica literaria que usaba en sus ensayos. Muchas de las ideas de Montalvo, sin ser necesariamente copiadas, son eco de El espíritu de las leyes de Montesquieu, y Rousseau tuvo su influencia en el escritor ecuatoriano por sus ideas sobre educación, gobierno, Estado, ciudadanía etc., expresadas en Emilio y El Contrato Social.49 Otras influencias En cuanto a la literatura en inglés, admiraba mucho a Byron y a Milton, y probablemente sus ensayos fueron también inspirados por Bacon.50 Su revista El Espectador se inspiró en The Spectator de Addison. La literatura estadounidense también fue citada por Montalvo, aunque sin juicios críticos. Conocía las grandes obras literarias publicadas en italiano, aunque no se dejó influir, al parecer, por el estilo, los temas y las ideas de los maestros italianos. En cuanto a la literatura en alemán, estudió los clásicos del siglo XVIII, aunque no conocía el idioma.51 Sentía admiración por Goethe; sobre él, Schiller y Klopstock dijo que eran "ingenios de primer orden, de esas antorchas altísimas que se hallan a la vista de todas las naciones".52 De Hispanoamérica conocío la prosa de Bolívar, la poesía y especialmente la Gramática de Andrés Bello, la poesía de Olmedo y los argentinos precursores del romanticismo. Géneros Si se comprende al ensayo como un género, y al periodismo una rama del ensayo, toda la obra de Montalvo sería ensayística, con la excepción de su Libro de las pasiones, compuesto de cinco dramas, y Capítulos que se le olvidaron a Cervantes, que es una novela. Según el profesor Antonio Sacoto Salamea, el ensayo es el "género en el cual como tapiz Montalvo copia la cruenta lucha política de una época, nos da conceptos de la cultura y la barbarie, pone de relieve los males que corrompen una sociedad y denuncia inmisericorde los elementos causantes de esta estagnación".53 Hay que notar, sin embargo, que en la composición de sus ensayos son frecuentes las digresiones54 En cuanto a lo poético, no publicó ningún libro de poesías, pero sí hay algunas poesías sueltas a través de sus escritos. Su poesía ha sido considerada como fría y llena de reminiscencias y desde el punto de vista temático, carente de originalidad.55 Respecto a los dramas que escribió, sólo se conocen cinco, publicados después de su muerte bajo el título de El libro de las pasiones. No fueron creaciones para ser representadas, aunque bien pudieran montarse en escena; su preocupación más bien fue didáctica, pues sus obras teatrales tenían un fondo moralista.56 Su única novela, Capítulos que se le olvidaron a Cervantes, es una continuación del Quijote ambientada en América, en la cual Montalvo se preocupaba mucho de demostrar la perfección lingüística a la que llegó Cervantes, en vez de desarrollar sus personajes.56 Como periodista, Montalvo era consciente del influjo del periodismo como motor generador en la cultura y en la vida social y política, aunque lo usó para sustentar con cierto afán de proselitismo puntos de vista que compaginaban su orientación ideológica y política. Jorge Icaza

Jorge Icaza Coronel (10 de junio de 1906 - 26 de mayo de 1978) fue un novelista ecuatoriano. Después de graduarse en la Universidad Central del Ecuador trabajó como escritor y director teatral. Él había escrito seis obras teatrales, cuando en 1934 fue publicada su más célebre novela, Huasipungo, que le daría fama internacional y que lo llevaría a ser el escritor ecuatoriano más leído de la historia republicana. Es considerado junto con el boliviano Alcides Arguedas y el peruano Ciro Alegría como uno de los máximos representantes del ciclo de la narrativa indigenista del siglo XX. Obra literaria

Su fama se debe a su obra narrativa, que comenzó con el libro de cuentos Barro de la Sierra (1933), en la que ya se hace patente el tema que atravesó todos sus escritos: la situación del indio ecuatoriano. En su primera novela, Huasipungo (1934), expone la degradada situación en que se encuentran los indios, sometidos a esclavitud por los patronos que cuentan con el apoyo de la autoridad civil y eclesiástica. Este libro, de denuncia social y crudo realismo (constantes de la narrativa de Icaza), se ha convertido en una obra fundamental en la evolución de la corriente indigenista del Ecuador. Con él, la novela ecuatoriana entra de lleno en la tendencia del compromiso social de la novelística actual. Es la obra que le ha dado más fama internacional. Además de la edición de 1934, la novela Huasipungo fue reescrita en 1953 y 1960, con la última edición quedando como la definitiva del autor. Pasó también por dos traducciones al inglés, además de traducciones a otros idiomas. En 1935 ganó el Premio Nacional de Literatura en su país, con la novela 'En las calles' (1935). En ella narra la situación del indio perdido en la ciudad, lugar donde sus protestas se esfuman sin alcanzar nunca las altas esferas del gobierno. Medardo Ángel Silva

Medardo Ángel Silva (Guayaquil, Ecuador, 8 de junio de 1898 – Guayaquil, Ecuador, 10 de junio de 1919) fue un reconocido poeta ecuatoriano perteneciente a la llamada Generación decapitada. Obra literaria

Escribió bajo los seudónimos de "Jean D'Agreve" y "Oscar René", que adoptó en 1915. De sus obras sólo fueron publicadas María Jesús y El árbol del bien y del mal, el resto quedaron inéditas. Entre sus famosas obras literarias están: 1. El árbol del bien y del mal (poesías, 1918) 2. María Jesús (novela, 1919) 3. La máscara irónica (ensayos) 4. Trompetas de oro (poesías) 5. El alma en los labios Jorge Carrera Andrade

Jorge Carrera Andrade: (18 de septiembre de 1903 en Quito, Ecuador - 7 de noviembre de 1978 en Quito), poeta ecuatoriano, se caracterizó por la constante combinación de lo universal y lo local, y es uno de los grandes poetas de Latinoamérica. Cursó la enseñanza media en Quito, donde también llevó a cabo estudios de Derecho. Desde el colegio descubrió su excepcional aptitud para el verso. Con otros dos jóvenes igualmente dotados; Gonzalo Escudero y Augusto Arias, formó el grupo literario "La Idea". Viajó a Europa, donde asistió a cursos libres en algunas universidades. Residió por algún tiempo en Francia, España, Inglaterra y Alemania. A su retorno ejerció la función pública, posteriormente fue designado Ministro de Relaciones Exteriores. Aunque desde los comienzos de su actividad literaria asimiló la estética de los movimientos vanguardistas de la época, nunca dejó de tomar como inspiración el espíritu y el paisaje de su tierra ecuatoriana. La naturaleza dual de sus inquietudes vanguardistas e indígenas, quedó reflejada en su obra poética, que fuera calificada como indofuturista por la poetisa Gabriela Mistral, en sus primeros libros ya se veían los sentimientos del indio nativo y la protesta por su condición social. En poemas posteriores se aproximaba más al creacionismo, doctrina literaria iberoamericana que propugnaba la autonomía de la composición poética y la completa libertad de la inspiración creativa. En Francia se inició en la carrera diplomática que a lo largo de su vida lo llevaría a conocer en profundidad ciudades de todo el mundo. A partir de ese momento su obra ganó en sobriedad expresiva y evolucionó hacia una singular forma de clasicismo. En 1945 apareció la recopilación de lo más destacado de su creación con el título de Registro del mundo, obra considerada como una de las más bellas muestras de la lírica hispanoamericana. Dedicado a la actividad política durante los últimos años de su vida, ocupó diversos cargos y llegó a ser ministro de asuntos exteriores de su país. Obras

1. Estanque Inefable, 1922 2. La guirnalda del silencio, 1926 3. Boletines de mar y tierra (mit einem Vorwort von Gabriela Mistral), 1930 4. Latitudes, 1934 5. El tiempo manual, 1935 6. Biografía para uso de los pájaros, 1937 7. Microgramas, 1940 8. Mirador Terrestre 9. La República del Ecuador, encrucijada de América 10. Lugar de Origen 11. El visitante de niebla y otros poemas 12. Rostros y climas, 1948 13. Familia de la Noche 14. La Tierra Siempre Verde, 1955 15. Viajes por países y libros, 1961 16. camino al sol tomo I y II Pedro Jorge Vera

Pedro Jorge Vera (16 de Junio de 1914 - 1999) fue un escritor, periodista, profesor universitario y político ecuatoriano. "Se lo considera un maestro de la narrativa ecuatoriana y uno de los más importantes hombres de letras del Ecuador en este siglo.1 Bibliografía

Novela Los animales puros (Buenos Aires, 1946) La semilla estéril (Quito, 1962) Tiempo de muñecos (Quito, 1980) El pueblo soy yo (Buenos Aires, 1976) Las familias y los años (Madrid, 1982) El destino (Quito, 1984) Por la plata baila el perro (Quito, 1987) Este furioso mundo (Quito, 1992) Narrativa escogida (Quito, 1995) El asco y la esperanza (Quito, 1997) El cansancio de Dios (Quito, 1997) El tiempo invariable (póstumo)(Quito, 2000) Cuento La guamoteña (México, 1947) Luto eterno (Guayaquil, 1953) Un ataúd abandonado (Quito, 1968) Los mandamientos de la ley de Dios (Quito, 1972) Cuentos escogidos (Guayaquil, 1976) Jesús ha vuelto (Quito, 1978) Nada más que cuentos (Quito, 1979) ÁAh los militares! (Quito, 1985) Cuentos duros (Quito, 1990) La muerte siempre gana (Quito, 1995) Doce cuentos de la historia (Quito, 1997) Poesía Nuevo itinerario: poemas - 1934/1936 - (Quito, 1937) Romances madrugadores (Guayaquil, 1937) Túnel iluminado (Quito, 1949) Versos de hoy y de ayer (Guayaquil, 1979) Teatro El dios de la selva (Quito, 1943) Hamlet resuelve su duda (Quito, 1952) Teatro (Quito, 1956); Luto eterno (Quito, 1962) Memorias Gracias a la vida (Quito, 1993) Consta en las antologías Índice de la poesía ecuatoriana contemporánea (Santiago de Chile, 1937) El nuevo relato ecuatoriano (Quito, 1951) Cuentos hispanoamericanos (La Paz, 1957) Antología del cuento hispanoamericano contemporáneo (Chile, 1958) Gli migliore raccontos del mondo (Milan, 1961) Antología de cuentistas hispanoamericanos (Barcelona, 1964) Cuentos latinoamericanos (Lima, 1964) Cuentos latinoamericanos modernos (Tel Aviv, 1964) Invatati limba spaniola (Bucarest, 1966) Cuentos antropófagos (México, 1972) Narrativa andina (Lima, 1972) Antología del relato ecuatoriano (Quito, 1973) La violencia en el Ecuador (México, 1973) Ecuador en el cuento (Buenos Aires, 1976) Narradores latinoamericanos (Caracas, 1976) Cuentos (La Habana, 1986) Así en la tierra como en los sueños (Quito, 1991) Poesía viva del Ecuador (Quito, 1998) Cuento contigo (Guayaquil, 1993) Antología básica del cuento ecuatoriano (Quito, 1998).

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15 comentarios - Escritores Ecuatorianos. davicho83 Hace más de 6 años +1







StebanY Hace más de 6 años

sin ofender este idiota empezo con lo que hoy llamamos regionalismo... x lo demas gran tema men excelentes autores un orgullo nacional al indice y +1!

Feuer6 Hace más de 6 años

davicho83 dijo:







+1

XxBeltryxX Hace más de 6 años +2

Este tenia los huevos de titanio!!! Se hizo lobectomia sin anestecia x alla en francia.... Uno de esos nos falta x estos tiempo, hace falta uno de esos rayados!!

RugalXXX Hace más de 3 años











































RugalXXX Hace más de 3 años horor horor





xxAndr35xx Hace más de 6 años

XxBeltryxX dijo: Este tenia los huevos de titanio!!! Se hizo lobectomia sin anestecia x alla en francia.... Uno de esos nos falta x estos tiempo, hace falta uno de esos rayados!!

WTF O_______O

RoddM Hace más de 6 años Te faltó el más grande a mi gusto.......

y bueeee.... tambièn Jorge Enrique Adoum, José de la Cuadra, Abdón Uvidia, Arturo Borja etc...

_elmaschulo_ Hace más de 6 años RoddM dijo:Te faltó el más grande a mi gusto.......

y bueeee.... tambièn Jorge Enrique Adoum, José de la Cuadra, Abdón Uvidia, Arturo Borja etc...

Si Pana me faltaron mas Pero después hago otro tema para la comunidad!

bladyzlav Hace más de 6 años Felicitaciones por realizar este tema, tiempos que no leo algo nacional pero ya lo voy a hacer en las vacaciones. Salud con Don Medardo Angel Silva en esta ley seca...

casitadebarro Hace más de 6 años xxAndr35xx dijo:

XxBeltryxX dijo: Este tenia los huevos de titanio!!! Se hizo lobectomia sin anestecia x alla en francia.... Uno de esos nos falta x estos tiempo, hace falta uno de esos rayados!!

WTF O_______O

"Ignacio de la cuchilla" nunca fue tirano, fue un malhechor, tiranía es ciencia sujeta a principios difíciles y tiene modos que requieren hábil tanteo -diría Montalvo-. Si este genio de las letras viviera hoy le faltarían adjetivos que expresen una categoría que vaya más allá de lo ruin para poder describir la infamia, la mentira, el robo y sobre todo la mediocridad del gobierno actual...

Hechizo25 Hace más de 6 años Tienen pdf's de Arturo Borja?? XD XD XD

casitadebarro Hace más de 6 años Hechizo25 dijo:Tienen pdf's de Arturo Borja?? XD XD XD

TE INVITO A LEER AL MÁS MELÓDICO DE LOS POETAS MODERNISTAS ECUATORIANOS... http://www.taringa.net/posts/apuntes-y-monografias/11576021/El-Modernismo-en-elEcuador-y-sus-poetas-suicidas.html

kelvingardel Hace más de 6 años me quedo con Medardo Angel Silva porq tenia el alma en los labios! Jorge Icaza otro genio y Juan Montalvo porq su pluma me mató!

kevinleomuza Hace más de 5 años justo lo que buscaba bien .

pancrac Hace más de 5 años

EsperColorAzul Hace más de 3 años ES IMPORTANTE ATRAVES DE LA HISTORIA SABER MAS ACERCA DE NUESTROS ESCRITORES ECUATORIANOS , QUE SON LOS QUE CUENTAN LAS HISTORIAS ATRAVES DE SUS NOVELAS, POESIAS , ETC FUERTE ABRAZO FRATERNO A MIS QUERIDOS LECTORES.

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